Jazz siempre supo que era diferente a otras niñas y niños de su edad. Desde muy joven fue consciente de un fuerte sentimiento, de ser una niña, y luchó para que su entorno la aceptara y reconociera.
Desde la tierna edad de los dos años, Jazz sabía que era una niña, a pesar de que la consideraron niño al nacer. Le encantaba el color rosa, disfrazarse de sirena y no estaba cómoda en la ropa de niño. Esto sumía a su familia en la confusión, hasta que entendieron que Jazz era trans y decidieron apoyarla.
La historia de Jazz es una experiencia real. En este cuento, ella narra de manera muy accesible sus vivencias, y se dirige especialmente a quienes les gustan los cuentos, a las familias y al profesorado.