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Descripción
El nacimiento de un hijo responde a una profunda necesidad vital. Y el parto es un hecho absolutamente genital y sexual. Por lo tanto, el parto no es meramente una situaci?n m?dica, de enfermedad y riesgo, sino que tiene que ver con la vida, el placer, la alegr?a, la esperanza y las emociones intensas. Si cada uno se animara a preguntarse ?c?mo quiero tener a mi hijo?, ? d?nde?, ?de qu? manera?, cada cual buscar?a lo que necesita, tomar?a el dolor y el temor, que s? existen (y que tienen su raz?n de ser), y aprender?a a utilizarlos para favorecer el proceso. Y as? encontrar estrategias mucho m?s pr?cticas, cotidianas, simples y cercanas que una anestesia peridural, que, como bien dice el nombre, "anestesia" y no s?lo el dolor, sino tambi?n el placer. ?El que se asusta tanto del dolor se asusta tanto del placer? Entonces, algunas mujeres descubren que la posibilidad de elecci?n es infinitamente m?s amplia de lo que se hab?an imaginado. Se puede tener al beb? en casa, con un alto grado de seguridad, con todo un equipo obst?trico, o mejor a?n, con un peque?o equipo obst?trico. O bien sentirse seguras en el interior de una instituci?n, pero despu?s de haber acordado qu? es lo m?s importante para ellas. No hay s?lo un tipo de parto. No es necesario que todas las parturientas sean tratadas como enfermas. Cada una es el centro de esta situaci?n. Los que estamos alrededor, profesionales de la obstetricia, debemos tener un solo objetivo: acompa?arlas y cuidarlas y, fundamentalmente, respetarlas en sus deseos y decisiones, siempre que ?stos no las da?en. Las mujeres deben animarse a recobrar este espacio propio, tal vez el m?s importante y trascendente de la vida, eligiendo parir en libertad.